En el Método Montessori el niño aprende a leer y escribir por su propio interés y prácticamente de forma autónoma. El niño comienza a observar y a interesarse por los materiales que están a su alcance. Es un aprendizaje manipulativo. Aprenden a leer y a escribir tocando, experimentando, entendiendo lo que hacen.
Inspirado en esta pedagogía les presentamos nuestro alfabeto sensorial que permite al niño tocar y manipular las letras. La mano es muy importante ya que está en permanente conexión con el cerebro y envía señales que dejan una huella para generar aprendizaje. El niño aprende a reconocer la letra recorriéndola con su dedito, en el sentido que se adopta al escribirla. Poco a poco y a medida que va memorizando sonidos y letras, irá componiendo sus propias palabras. Una vez entendidos los mecanismos de la lectura, los niños pasan por una etapa de decodificación, descifran las palabras con mucho esfuerzo y con lentitud. Poco a poco, su memoria se activa y empiezan a reconocer las palabras de forma automática. Sin apenas darse cuenta, entran en el mundo de la lectura.
En la pedagogía Montessori empezamos con la letra minúscula y cursiva, pero actualmente muchos centros del sistema educativo comienzan mostrando a los niños las letras imprenta y mayúscula. Así las tablas cuentan con letras cursivas de un lado e imprenta del otro.
Cuando el niño oye y reconoce los sonidos que componen una palabra, puede empezar a manejar letras. Antes de presentar estos materiales como tal, primeramente se pretende que el niño desarrolle habilidades con respecto a ciertos movimientos musculares, coordinación oculo-manual, y sentido de lateralidad (Ejercicios de arriba a abajo y de izquierda a derecha).
El desarrollo de estas habilidades psicomotrices y de ubicación espacial, son un requisito para que el niño de un paso más, y desarrolle la psicomotricidad fina necesaria para agarrar el lápiz y escribir. La psicomotricidad gruesa también juega un papel clave para que el niño pueda realizar ciertos movimientos y trazos grandes; así que, ejercicios como barrer, romper un papel, limpiar plantas, aunque parezca raro, tienen mucha importancia para facilitar la lecto-escritura.
¿Sabías que gatear es muy importante para facilitar la lectura? El niño necesita una coordinación ojo-mano, que le será de gran ayuda en el futuro.
En Montessori el proceso de lecto-escritura está incluído en el área de aprendizaje del lenguaje. Igual que ocurre con el lenguaje oral, el camino que hace el niño hacia las letras y las palabras tiene lugar de una manera muy natural. El papel del adulto es el de realizar una observación profunda y acompañar, ofreciendo aquellos recursos que cubran en cada momento de manera adecuada las necesidades concretas que va manifestando.