El procesamiento sensorial es la capacidad de captar la información que proviene de los sentidos, relacionarla con información previa, recuerdos y conocimientos almacenados en el cerebro para generar una respuesta.

El SNC tiene la habilidad para procesar los estímulos sensoriales y dar una respuesta.

Cuando existe un desorden en este procesamiento, las respuestas no se pueden generar o lo hacen pero de una manera desordenada en relación al estímulo que se percibe.

Existen diferentes elementos que hacen que los estímulos se perciban de una manera regulada por ciertos momentos y uno de ellos es la tabla curva.

¿Sabés por qué?

Los que la conocemos y pudimos jugar con ella sabemos los múltiples usos que tiene debido a su material y forma. De cualquiera manera que la usemos siempre están activados todos nuestros sentidos.

Pero en donde la activación y regulación para algunxs niñxs es mayor es cuando hablamos de los sistemas propioceptivo y vestibular.

Estos componen los 8 sentidos de nuestro cuerpo, son muy importante y te cuento porque.

El sistema vestibular es nuestro sentido del equilibrio y del movimiento, se encuentra dentro los mecanismos de nuestro oído interno.

La propiocepción es el sentido que tiene nuestro cerebro de dónde están las partes de nuestro cuerpo en el espacio. La conexión del sistema nervioso con los músculos y las articulaciones nos ayuda a determinar los movimientos que realizan nuestras partes del cuerpo.

Estos dos sistemas trabajan juntos para mantener nuestro cuerpo estable y equilibrado durante el movimiento.

Si el sistema vestibular detecta un desequilibrio, el sistema propioceptivo se activa para decirle a nuestros músculos y articulaciones que corrijan nuestra postura para regresar al equilibrio.

La manera en la que procesamos la información va a influir directamente en las actividades de la vida diaria desde habilidades motoras, gustos por ciertos juegos y/o actividades, atención para realizar las mismas, selectividad en alimentación, entre otras.

Cuando nuestros niñxs son hiperreactivos al movimiento tienden a alejarse de la actividad física, pueden tener inseguridad gravitacional. Esto deriva en la falta de participación en el juego de movimientos puede llevar a un retraso en el desarrollo de la motricidad fina y gruesa.

La tabla es un elemento en el que estos niñxs se ven beneficiados ya que mediante ella podemos conseguir:

Mecerse

Balanceo

Equilibrio  

Los niños que son hipo-responsivos a los estímulos propioceptivos y vestibulares son lo contrario, desconocen los movimientos excesivos que realizan durante la actividad física.

Este niño tiene tendencia a buscar juegos de chocar con objetos y otros niños, no reconociendo esquema corporal y espacial.

La tabla acá también puede ser beneficiosa ya que con ella se puede hacer diferentes movimientos y poses jugando con gravedad y equilibrio y un balanceo de mayor velocidad siempre ante la vista de un adulto.

La manera en la que procesamos la información va a influir directamente en las actividades de la vida diaria desde habilidades motoras, gustos por ciertos juegos y/o actividades, atención para realizar las mismas, selectividad en alimentación, entre otras.

A parte de lo sensorial, la tabla curva es un gran objeto para estimular el juego social, utilizando como balancín con la necesidad de que uno tenga que balancear al otro, como rampa para saltar con el otro, usos para estimular el juego de a dos … un montón.

Y claramente que cuando esté pasa a ser ser objeto de interés para el niño por sus diversas formas de uso placentero como el balanceo, el dormir, saltar, trepar, puede utilizarse como recurso para fomentar conductas positivas. 

Escrito por: Lic. Valentina Corbo (Licenciada en Nutrición especializada en TEA, cursando diplomatura en TEA)  y Lic. Ma. Eugenia Padrón (Licenciada en Terapia Ocupacional, en formación de la certificación en Integración sensorial)