A raíz del nacimiento de sus hijos —e inspirados en ellos— estos emprendedores crearon proyectos que se convirtieron en una forma de vida
Ya sea como una forma de generar conciencia y cambio social, como un modo de potenciar el desarrollo de los más pequeños, para cubrir una necesidad que encontraron en el mercado o simplemente por amor a sus hijos, varios padres uruguayos crearon proyectos que, al igual que los niños de la casa, empezaron siendo pequeños y se convirtieron en grandes emprendimientos que les cambiaron la vida.
Para este Día del Niño, galería conversó con cinco familias que dedican su tiempo a compartir desde consejos de crianza y decoración hasta juguetes y muebles, para que los niños -propios y ajenos- disfruten de su infancia de la mejor manera posible. Y, además, apuestan a transmitir sus ganas y una filosofía de vida.
Mamón. Para jugar sin reglas
Acompañar el crecimiento y desarrollo de su hija Julia (4) fue lo que motivó a Clarisse Pereira (39) y a Juan Ignacio Sánchez (35) a crear Mamón, un emprendimiento dedicado a construir elementos de juego libre fabricados con materiales naturales que involucran los sentidos y la creatividad. “Juli nació de 32 semanas, prematura. Mientras estuvo en CTI tuvo unas complicaciones que le generaron una hemiparesia. Antes de ser diagnosticada, notamos en ella dificultades motrices y una lentitud en los procesos de desarrollo. Los especialistas nos recomendaban darle el tiempo y a su vez estimularla, lo que era como contradictorio”, recuerda Clarisse.
Para estimular a su hija sin intervenir en el proceso, Clarisse investigó hasta encontrar un modelo de pelota que podía servir. “Empecé a buscar las condiciones para que ella misma lograra sus objetivos y encontré una pelotita en Pinterest que decía pelota Montessori. La cosí, se la di y ella la empezó a agarrar con las dos manos. Con esta pelota empezó a hacer cosas sola, nadie la forzaba. Yo me entusiasmé y compartí el dato en un grupo de padres de Facebook… y los padres me pedían que hiciera la pelota. Y así empezamos a hacer las pelotitas”.
Cuando Julia fue finalmente diagnosticada, a los 10 meses, les explicaron a sus padres que tendría dificultades de lenguaje, concentración, memoria y aprendizaje. A partir de allí comenzaron a estudiar diversas pedagogías, como Montessori, Waldorf y Pikler, para crear un ambiente ideal para que su hija pudiera desarrollarse de forma autónoma, además de buscar objetos que le permitieran trabajar sobre sus dificultades. Así fue que surgió Mamón, un emprendimiento de juegos libres que el niño utiliza como más lo desea o necesita.
Con cuatro años en el mercado, los padres de Julia y Gerónimo (14 meses) siguen disfrutando de su proyecto como el primer día. “Lo que más me gusta de esto es que los adultos no conocemos estos juguetes, entonces no sabemos cómo enseñarles a usarlos y los niños tienen más libertad”, cuenta Clarisse.
Los juguetes de Mamón son objetos de líneas simples, diseñados con base en los estándares Montessori y elaborados con materiales naturales. “Buscamos que sean materiales reales que transmitan información. Por ejemplo, la madera tiene una temperatura, diferentes colores y las vetas, lo que hace cada pieza única. Pero queremos que las piezas también tengan control de error y que le den la autonomía al niño de ver por sí mismo si lo está haciendo bien o no. No necesita que alguien se lo esté diciendo”.
Entre los juegos preferidos por los padres, Clarisse destaca la tabla curva, que favorece que los niños trabajen el equilibrio y ayuda a tener conciencia del cuerpo; el arcoíris, que es muy atractivo por la línea curva y la escala de colores; y la torre de aprendizaje, que les da autonomía a los niños en las tareas cotidianas, como lavarse las manos sin ayuda de un adulto.
Además de los juegos, en su página web Mamón tiene un espacio en el que comparte la filosofía Montessori aplicada al hogar. “Veía, por ejemplo, una foto de un niño usando el cubo Pikler, que es un objeto de libre movimiento, pero veía a la gente poniéndolo adentro. Montessori explica que no es solo preparar el ambiente, sino que además hay que preparar al adulto. Que exista un elemento de juego libre no es suficiente si no hay un adulto capacitado para no intervenir. Fue entonces cuando empecé a compartir información y armé un taller online denominado María, Mucho Gusto, que tiene la información general del método Montessori para que cada uno lo aplique en su caso”.
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