Movimiento libre: mucho antes del juego

El movimiento libre es mucho más de lo que parece, es un proceso hacia la libertad de pensamiento. Cuando tenemos un bebé tenemos día a día la oportunidad de observar a través de sus movimientos manifestaciones psicológicas propias de su estado de desarrollo y de su entorno inmediato.
Como dice Emmi Pikler, la función motriz está constituida por movimientos orientados hacia las relaciones con el mundo que le rodean.

Desde el día 0, podemos empezar a observar al bebé desde la mirada pikleriana. Esto es algo así como observar profundamente. Es observar sintiendo, olfateando, pensar en lugar del niño y en plena conexión con el niño, identificarse con él, tratar de entrar en su mundo y en su forma de ver. Esto es difícil. Porque como dice Laura Gutman, una cosa es ocuparse del Niño y otra entrar en sintonía emocional con él.

Movimiento libre: mucho antes del juego

El bebé desde la perspectiva de M. Klein (1952) experimenta angustias, ansiedades, pone en juego mecanismos de defensa y todo esto es observable, todo, el mundo se pone en juego a través de la mirada de su cuidador.

Y encontrarse con la mirada arranca en el parto (si fue respetado este momento o si las condiciones lo permitieron) y en la teta. Hay un encuentro, cuando realmente las miradas se cruzan, te corre un frío, un calor, una emoción fuerte, ese cruce implicará una búsqueda, un descubrimiento potencial entre ambos, una de las primeras señales de encuentro afectivo. El primer signo a observar.

Antes del juego

Entonces antes de empezar en el espacio de juego, en los juguetes, en la ropa, tenemos que pensar en nuestro rol de adultos, en tomar una postura, amena, no intervencionista, más bien, una actitud de observador-sostenedor. Una actitud que consiste en respetar al niño, en propiciar un ambiente seguro y calmado, una actitud paciente, amorosa, centrada, sin manipulación, sin órdenes, sin ironías.

«No se enseña a un niño a desarrollarse. Lo que se puede hacer es multiplicar en torno a él, las ocasiones para un desarrollo natural»,
Montessori.

Antes del juego, mucho antes, hay rutinas, hay miradas, hay contacto, el baño, el cambio de pañal, la teta. La forma en que nos acercamos en estas rutinas son clave. Siempre digo que deberíamos convertir rutinas en rituales.
¿Cómo? con contacto visual, con palabras amorosas, con caricias, con lentitud, anticipando el próximo movimiento, haciendo contacto, sonriendo, siendo suave, sin apuro, aquí y ahora. Que mundo le queremos mostrar está en nuestras manos, en el tono de voz, en el tacto. En todo este proceso el papel de la ritmicidad conjunta es algo fundamental (Guerra, V. 2007, 2009, 2013) junto con la atención y el poner palabras a las vivencias del bebé.

Movimiento libre: mucho antes del juego

“Es entonces en esta triada de elementos: ritmicidad conjunta, atención conjunta y narratividad conjunta que se va conformando en buena medida el viaje de la subjetivación del bebé, especialmente en el primer año de vida. Pero todo esto junto a un aspecto fundamental que guía las características del encuentro madre-hijo: la “maleabilidad lúdica materna”

Entonces antes del juego, hay mucho trabajo que hacer. Hay trabajo que hacer con nosotras, con nuestro estado emocional, con nuestro interior, con nuestra madre interna.

Escrito por Rosina Walkiria de maternidad.com.uy

Bibliografía:
  • Pikler, Emmi Moverse en libertad. Desarrollo de la motricidad global. Ed. Narcea. Madrid, 2014
  • Algunas conclusiones sobre la vida emocional del bebe. (Klein, M. 1952)
  • Cuidados corporales de acuerdo con los principios de Pikler. Inge Fomasi, suiza; Paulette Jaquet Travaglini, suiza (Setiembre 2016)
  • Canosa, J.(2008) intervención en V.Guerra, C. Ravera y J. Canosa:
    “Jornadas de Indicadores de Intersubjetividad 0- 24 meses”. Montevideo, Uruguay.
Link de interés:

Libre Movimiento – Emmi Pikler