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El Arcoíris Waldorf es un juego de construcción y como tal es uno de los preferidos de los niños. Es un JUEGO LIBRE que da lugar a la imaginación, la capacidad de formar cosas a partir de PIEZAS SUELTAS resulta motivador y divertido, y suelen ser los juegos que PERDURAN DURANTE MÁS TIEMPO en la infancia.
El Arcoíris Waldorf propone que a cada edad el niño le vaya incorporando dificultad: los más chiquitos van a buscar ordenar y encajar las piezas y los más grandes van a hacer construcciones que desafiarán la gravedad.
Además acompaña cuando el interés no es precisamente construir, transformándose en rampas para autitos, camas para muñecas, paredes de una casa y muchas cosas más.
¿Por qué el Arcoíris Waldorf es importante para el desarrollo de la infancia?
Los niños aprenden a identificar el mundo que les rodea, comienzan a adquirir visión espacial y a reconocer el entorno. Favorece la adquisición de conceptos como el tamaño (grande y pequeño, alto y bajo, corto y largo).
También adquieren conceptos algo más complejos: La simetría o proporción; la resistencia, en cuanto a la dureza de los materiales, o a la solidez y consistencia de las estructuras que construyen; el equilibrio, aprenden cómo han de disponer las piezas para que se sostengan sobre los anteriores, que ejercen como base, sin caerse, o aprenden cómo los cuerpos sometidos a ciertas fuerzas se contrarrestan entre sí.
Desarrollan habilidades motrices manejando las piezas. Favorecen la coordinación ojo-mano o, lo que es lo mismo, desarrollan sus habilidades motoras finas. También se fortalecen los músculos de las manos y los dedos al tener que sostener las piezas con fuerza para que no se les caigan.
Favorecen el desarrollo intelectual, emocional y cognitivo. Según algunos estudios, los juegos de construcción estimulan el aprendizaje del lenguaje.
Ayudan a comprender que para que las cosas funcionen correctamente se deben respetar ciertas reglas físicas. Esto les ayudará en un futuro a enfrentarse con mayor éxito a situaciones de la vida cotidiana.
Ayudan a que los niños sean más organizados, a priorizar y ser más ordenados.
Fomentan la creatividad y la estimulación mental.
Desarrollan el concepto de trabajo en equipo. Son ideales para practicar con hermanos o amigos. Gracias a ello aprenderán a relacionarse socialmente con otros niños y a tener una visión colaborativa y participativa en pos de un objetivo común.
Trabaja la intuición y la agilidad mental ya que han de procesar datos y solucionar rápidamente los problemas que puedan plantearse durante el juego de construcción.
Y cuando no están jugando, es un objeto hermoso que se adapta perfectamente a la decoración del hogar.